El atractivo sensorial es clave para buscar el cosmético que queremos aplicar en nuestra rutina diaria. Las texturas y las fragancias generan una experiencia con los cosméticos, que juegan un papel crucial para convertir un producto común en algo emocional: placentero, agradable, energizante… Diferentes componentes pueden influir y generar estas múltiples emociones que, combinadas con la sensorialidad y las texturas, nos definen la formulación ideal para cada momento.