Entrevista a Ruth Margalef

El Green Beauty Congress cumple cinco ediciones este 2023. ¿Qué supone un evento como este para el sector de la belleza?

Así es, todo un éxito este evento donde las empresas hemos podido presentar nuestras novedades y tener el espacio idóneo para hacerlo posible. El Green Beauty Congress en su quinta edición presentará, entre otras, múltiples propuestas e ideas de negocio, una amplia variedad de conceptos en lo que se refiere al sector de la belleza y el cuidado personal y la oportunidad de reunirnos nuevamente bajo la acertada organización y el saber hacer de todo el equipo del Beauty Cluster.

La cosmética natural y la sostenibilidad aplicada a los procesos de producción son uno de los grandes reclamos para el sector hoy en día. ¿Cómo están adaptándose desde su empresa a estas demandas?

La sostenibilidad y la cosmética natural son conceptos en boga hoy en día, se han incorporado a nuestro vocabulario del día a día y se han convertido, además, en un atributo clave en multitud de ámbitos. La concienciación, cada vez mayor, acerca de los problemas que conlleva la contaminación, el calentamiento global y la complicada gestión de los residuos que generamos, ha ocasionado una búsqueda por parte de la sociedad de un mundo más limpio y sostenible. De esta manera, la demanda de productos sostenibles y naturales ha incrementado de forma notoria en los últimos años. Un reciente estudio sobre consumo responsable en España afirma que nueve de cada diez encuestados estarían dispuestos a consumir más productos orgánicos y de comercio justo, y, además, según el mismo, un 85% de los españoles estarían dispuestos a pagar por un producto más caro si proviene de canales de producción responsables y ofrece un mayor uso sostenible (Oney & OpinionWay, 2020).

Sin embargo, algunos de los problemas a los que se enfrentan los consumidores a la hora de escoger productos cosméticos sostenibles incluyen la falta de información, la falta de alternativas asequibles y accesibles y la dificultad de encontrar empresas responsables (OCU, 2019). Esto tiene un impacto de forma directa en todos los sectores empresariales, incluido el de la cosmética. La demanda de productos naturales y ecológicos sigue una tendencia creciente, por ello, empresas que forman parte de la industria cosmética están añadiendo a su catálogo productos con estas características. Muchas marcas se han aventurado a lanzar líneas de productos de este tipo.

No obstante, la falta de conocimiento del consumidor acerca de estos productos en el sector cosmético en concreto es muy notoria. No diferencian entre productos ecológicos y naturales, ni son plenamente conscientes de qué ingredientes evitar o no en tales productos. La imagen que un consumidor se forma acerca de los productos tiene que ver en un momento inicial con cómo es el producto en sí, es decir, se fija en un primer momento en el envasado, y en base al mismo, puede tomar una decisión de compra.

Biogründl siempre ha estado posicionado en los valores del respeto al medio ambiente y en el diseño de ingredientes activos de los que podríamos llamar “eco-friendly. En estos momentos, además, estamos llevando a cabo la investigación de dos proyectos de economía circular, a saber, Suberchem by Biogründl y Circolive. El primero es un proyecto que se está llevando a cabo en colaboración con el Institut Català del Suro. Como todos sabemos, el corcho se utiliza, principalmente, para elaborar tapones para la industria vitivinícola, con un bajo valor añadido y generando muchos subproductos que no tienen salida en el mercado. Biogründl llevó a cabo una investigación que determinó un alto contenido en polifenoles y otras sustancias activas de aplicación en la industria cosmética. De esta forma, Biogründl reintroduce estos subproductos del corcho en el proceso productivo para obtener activos de alto valor añadido y alto interés en la industria cosmética. Lo más interesante de este proceso es poder pasar de un modelo de producción lineal a otro circular, el primer modelo se basa en usar-tirar, y, el modelo circular se basa en usar- reutilizar-reutilizar-reutilizar, tantas veces como sea posible, de manera que los subproductos propios de una determinada actividad productiva pasan a ser las materias primeras del siguiente proceso productivo.

Por otra parte, Biogründl adquiere hace algunos años, hectáreas de terreno en la provincia de Tarragona, donde ha llevado a cabo su proyecto Biogründl Station. En estas tierras a orillas del río Ebro, se ha construido un edificio que hará las veces de centro de investigación, interpretación y convenciones. Además, se ha diseñado un jardín botánico que alberga más de trescientas especies propias o adaptadas al Mediterráneo. Para completar Biogründl Station, están los campos de cultivo de olivos de agricultura ecológica, bien, pues el proyecto Circolive pretende, nuevamente, convertirse en un proyecto de economía circular, aprovechado los subproductos que se producen en la obtención del aceite de oliva, reintroduciéndolos en un nuevo proceso productivo que da como fruto ingredientes activos de aplicación en la industria cosmética.

El upcycling, la naturalidad de los ingredientes o la innovación en formatos y texturas son algunas de las tendencias pisan fuerte este año en la industria cosmética. ¿Tienen éstas alguna influencia sobre el plan estratégico de su empresa?

Es innegable que la pandemia ha cambiado los hábitos de consumo y ha acelerado procesos y tendencias que estaban emergiendo. Temas como la sostenibilidad y el bienestar se han potenciado y se ven cada día con más fuerza en el sector de la cosmética, la perfumería y el cuidado personal. Y es que lo que hace unos meses se planteaba como algo a largo plazo, ser más sostenible, más natural, más holístico…, ahora forma parte de la hoja de ruta más inmediata de muchas compañías. Acorde con esto, en 2023 nacerán muchas marcas que recogerán estos valores que tanto demandan ahora los consumidores y posiblemente asistiremos a un cambio de rumbo de muchas empresas de gran trayectoria. No solo en cuestión de productos tendrán lugar los cambios, sino también en plataformas y herramientas de promoción en las que se empezarán a intuir novedades como el uso del metaverso para comprar online o el uso de plataformas de entrega rápida para recibir los pedidos. Este año se constata que la importancia de la sostenibilidad va más allá del packaging en los que seguirán predominando los envases hechos con materiales reciclados y/o reciclables. Ahora el proceso llega hasta las materias primas siendo las marcas de cosmética indie y las recién salidas al mercado las que mejor se adapten a estas tendencias y a aplicar estos nuevos procesos ya que para ellas es fácil hacer cambios de forma rápida y se adaptan mucho mejor a la velocidad del mercado.

¿Cómo le gustaría que evolucionara la ciencia cosmética? ¿Qué espera de ella en un futuro próximo?

La venta de cosméticos sigue creciendo, especialmente después de la pandemia. Según diversos estudios, una mujer se aplica de media 12 cosméticos al día entre cremas, desodorantes, geles, fotoprotectores, tintes, maquillajes, etc. Y, poco a poco, los hombres vamos incorporando determinados productos cosméticos a nuestro protocolo de cuidado de la piel.

Pero ¿cómo cuidaremos la piel en un futuro? En nuestra opinión, estas son las tendencias:

1. Nuevas moléculas de origen vegetal

Las descripciones orgánicas bio o eco son sinónimas y están muy de moda en los cosméticos, especialmente entre la gente joven. Es una realidad que se están incorporando a las fórmulas de los nuevos cosméticos.

2. Tecnología para usar en casa

Se están diseñando dispositivos caseros que ayuden a mejorar la eficacia de los cosméticos al aumentar su capacidad de penetración o complementar su eficacia. Por ejemplo, están apareciendo fuentes de luz que generan colágeno y mejoran el acné, así como radiofrecuencias, micro agujas o sistemas de micro infusión que mejoran la aplicación de los cosméticos.

3. Cosmética personalizada

Se trata de realizar fórmulas que contengan los ingredientes más adecuados para cada tipo de piel, fórmulas magistrales en determinados casos para personalizar y adaptar el cosmético más idóneo al tipo de piel. Están surgiendo empresas que utilizan algoritmos que logran diseñar la composición ideal en función del tipo de piel: sensible, tendencia acneica, rosácea, etc.

4. Líneas de cosmética eco

La tendencia, sin duda, será que los cosméticos y sus envases utilicen plásticos reciclables, tengan una producción sostenible y respeten el medioambiente. Esta cultura de sostenibilidad no sólo afecta a los envases y producción de los cosméticos, sino también a su composición. Un ejemplo son los fotoprotectores. Desde 2018 en Hawái están prohibidas dos moléculas presentes en los filtros solares químicos, la oxibenzona y el octinoxato, ya que parece que estos productos tienen un efecto negativo sobre los arrecifes de coral, peces, erizos de mar y algas, así como para mamíferos y tortugas marinos. El ejemplo de Hawái ha sido seguido posteriormente por otros países.

5. Cosméticos en función del microbioma

El microbioma cutáneo está compuesto de millones de microorganismos que se encuentran en la piel. Estos son fundamentales para mantener la piel sana. El uso de cosméticos con probióticos (productos con microorganismos) y/o prebióticos (nutrientes para estos microorganismos) será frecuente en un futuro próximo para lograr mantener ese equilibrio en la piel. Actualmente hay pocas marcas en el mercado con este tipo de componentes, ya que son necesarios más estudios para optimizar y demostrar su eficacia y seguridad.

6. Metaverso e influencers virtuales

Lo virtual tendrá cada vez más protagonismo en el mundo de la cosmética. Las marcas consideran las experiencias virtuales como una alternativa o un complemento al comercio tradicional. Además, el metaverso y los influencers virtuales en forma de avatar contribuirán a fidelizar al cliente a la marca. Un ejemplo es el caso de Mr. Ou, avatar que ha creado L’Oréal en China, al cual siguen el 64% de la población china entre 14 y 24 años.

Bárbara Candal, Industria Cosmética